Siempre se desatan los nervios, por más actuaciones que una haga, aunque haya más o menos público, siempre crees no recordar el texto, la canción, la melodia, ... y en cuanto el foco te ciega los ojos, en cuanto sientes el silencio de toda esa gente mirandote, una fuerza te llena el personaje, la voz se impone de un rincón de la plaza hasta el otro extremo de la calle y nada... absolutamente nada te para... disfrutas tus pasos, tus lentos, tus rápidos, juegas tal y como esta marcado y ya no eres tu, no eres tu...Esta noche actuaré de nuevo, bajo el cielo de mi pueblo.



