14 janvier 2007

Canción


Tú, a quien yo no confío mis largas horas sin sueño;
tú que tan tierna me calmas como una cuna meciéndome.
Tú que tu insomnio me ocultas, dime si soportaremos
la sed que nos magnifica, sin abandono.
Recuerda que a los amantes la mentira les sorprende
en sus confesiones. Sola tú formas parte de mi
pura soledad. En todo te transformas: un murmullo
o tu aéreo perfume.
Entre mis brazos: ¡qué abismo que se alimenta de pérdidas!
Mis brazos no te retienen
Y es por eso justamente
que te tengo para siempre.


Rainer Maria Rilke

1 commentaire:

ann a dit…

Mi he trobat amb aquesta situació i es molt dura. La veritat es que no m'agradaria tornar-la a viure.