No me refiero al amor, tampoco al deseo.
La persona admirada, en mi caso, posee una gracia inteligente, consigue mantener un equilibrio en medio de lo que se supondría un caos, transmite confianza, es elegante, con una energía inesperada, con una cultura trabajada, curiosa y rápida... es de belleza poco agraciada, aunque su cuerpo diga lo contrario. Y su gran magnitud esta tanto en la cabeza, como en el corazón.
No sabe para nada que la admiro, pero es que entonces, quien sabe, igual se rompería esta magia.
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